En un pequeño país muy
lejano, vivía un pequeño diablillo llamado Chispa que era muy travieso y juguetón.
Chispa tenía una familia muy exigente que no
le dejaba ir a casa de su amigo Trío porque sus familias eran enemigas a causa
de que los trolls bebieron de su río
mágico y se convirtieron en los reyes de aquel
pequeño país por eso los diablos muy enfadados no volvieron a hablar con
ellos.
Pero como el diablillo y
el pequeño troll eran muy amigos se veían de vez en cuando en el bosque.
Una tarde en el bosque se
encontraron y chispa dijo:
-Espero que no nos
descubran nunca porque me lo paso muy bien contigo, amigo.
-Si, yo también pienso lo
mismo compi.
Hasta que un día, el guardabosques
les oyó juguetear y reírse juntos, así que decidió informar al rey de lo que
había sucedido. El rey troll, muy
enfadado fue en busca de ellos. Al verlos, muy furioso les dijo:
-Trío, has hecho muy mal
en desobedecerme , estoy muy enfadado y estas castigado, y tú, pequeño diablillo,
¡ te encerraré en mi prisión!.
-Por favor, majestad, no
me encierres, mis padres se enfadaran mucho conmigo.- suplicó Chispa.
Pero el rey no se
compadeció y lo llevó a prisión.
Los padres de Chispa, muy
preocupados salieron en su busca. Buscaron y buscaron por cada rincón, pero al
llegar al bosque, sólo encontraron un mechón de pelo de un troll, así que el padre
de Chispa dedujo lo que pasó.
Entonces cuando llegaron
al reino de los trolls, pidieron hablar con el rey.
El rey dijo,
-¿Que te trae por aquí diablo?,
deduzco que estarás buscando esto.Y los guardias trajeron a
Chispa en una cárcel de metal indestructible.
El diablo dijo,
-Por favor devuélveme a Chispa.
-¿A cambio de qué?.
El diablo pensó y dijo: -¿Qué
te parece si firmamos un tratado de paz, así todo el que quiera podrá hablar con
los trolls sin ningún problema?, y entonces zanjaremos
esta pelea, como antes ¿recuerdas?
A el rey le pareció muy bien
la idea.
-¡Acepto, liberad al
diablillo!.
Y así es como hicieron las
paces. Cuando todo el país se enteró, muy contentos fueron al reino de los trolls e hicieron una maravillosa fiesta con todo el mundo: diablos y trolles.
-¡Qué guay!, dijo Chispa.
-Siiii, ahora podremos
jugar juntos siempre que queramos.
Y colorín colorado, este
cuento se ha acabado.
Yasmin Tahriou El Kajjoui